Oración milagrosa a la Santa Cruz

Esta antigua y poderosa plegaria fue hallada, según la tradición, en el año 1505 en el sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo. Ha sido transmitida a través de los siglos como una oración de protección, bendición y auxilio espiritual.
El texto afirma que quien lea, escuche o lleve esta oración consigo será preservado de peligros, males y enemigos. Aunque de origen popular, expresa una profunda devoción a la Cruz de Cristo, símbolo de redención y victoria para todos los cristianos.
Promesas asociadas a esta oración
La tradición cuenta que quien recite esta oración:
- No morirá en pecado mortal
- No sufrirá ahogamientos ni incendios
- No caerá en manos de enemigos
- Será librado de epilepsia y accidentes
- Recibirá señales divinas antes de su muerte
Estas promesas forman parte del lenguaje piadoso de siglos pasados y deben entenderse como expresión de fe en la protección de Dios a través de su Cruz gloriosa.
Oración a la Santa Cruz
¡Oh Santa Cruz!, madero hermoso donde murió mi Señor para darme eterna luz y librarme del contrario,
ante ti me humillo y reverente imploro a mi Señor Jesucristo que los padecimientos sobre ti recibió en su santísima pasión, me conceda los bienes espirituales y corporales que me convengan.
Elevada ante el mundo, eres faro luminoso que congregas a la santa grey para entonar cantos de gloria al Cristo Rey, que siendo dueño de todo lo creado, permitió ser crucificado sobre ti para la redención del género humano.
Sobre ti se operó el asombroso misterio de la redención del mundo, y desde entonces, libre el cristiano de la culpa original, puede llamarse hijo del Dios eterno y aspirar a la gloria celestial.
Bendita seas por los siglos de los siglos. Fuiste entre los paganos signo del baldón y afrenta, y hoy eres emblema del cristiano y esperanza para ser perdonado por el sublime sacrificio de nuestro Señor Jesucristo, a quien esperamos servir y honrar por toda la eternidad. Amén.
Invocaciones a la Santa Cruz
Santa Cruz donde mi Señor expiró por darnos luz,
Yo te doy mi reverencia, oh preciosa y Santa Cruz,
El camino que nos marques en el mundo seguiremos,
Que a la cruz siempre abrazados,
Con su signo venceremos.
A tus plantas hoy me encuentro, mi divino Redentor,
Haz que con santa paciencia cargue en el mundo mi cruz.
Oh Dios omnipotente, que sufriste en la cruz la muerte para redimirnos de nuestros pecados...
¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! ten piedad de mí
¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! sé mi verdadera luz
¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! sé mi esperanza
¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! aleja de mí toda arma cortante
¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! derrama en mi alma el bien
¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! aleja de mí todo mal
¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! hazme entrar en el camino de salvación
¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! aleja de mí todo atentado de muerte
¡Oh Santa Cruz de Jesucristo! presérvame de todos los accidentes temporales y corporales para que pueda adorarte siempre, así como a Jesús Nazareno, a quien imploro para que tenga piedad de mí.
Haz que el espíritu malo visible o invisible huya de mí por los siglos de los siglos. Amén.
Final de la oración
En honor de la preciosa sangre de Jesucristo y de su penosa muerte, en honor de su resurrección y encarnación divina por medio de la cual puede conducirnos a la vida eterna...
Que así como es cierto que Jesucristo nació en Navidad, que fue crucificado en Viernes Santo, que José y Nicodemo quitaron a Jesús de la cruz, y que Jesucristo subió al Cielo, así se digne librarme de los ataques de mis enemigos, tanto visibles como invisibles, desde hoy y por todos los sufrimientos.
Que mi temor se convierta en virtud y que la omnipotencia del Padre me cubra con la sabiduría del Espíritu Santo.
Dígnate, Señor, a conducirme y conducir mi alma a la vida eterna. Amén.
*Puede imprimirse para devoción privada. Texto de tradición popular católica.